martes, 3 de mayo de 2011

MODELO DE MODELO




Como todos bien sabemos las exigencias para ser modelo de pasarela o de anuncio publicitario son muy estrictas. No pueden sobrepasar un determinado peso,  han de tener unas medidas perfectas y por descontado han de ser unas bellezas espectaculares.

Todos estos y estas modelos aparecen en muchos medios de comunicación cuando se producen eventos de moda importante como la Pasarela Cibeles, la Pasarela de París o la semana de la Moda de Milán, por lo que son unos actos que tienen gran repercusión social.

Dichas pasarelas de moda imprimen en lo más hondo de la voluntad de muchas personas determinados modelos de vida y de conducta. Ya no es sólo por la ropa que esté de moda o el último grito en diseño, sino que al tener los y las modelos un cuerpo prácticamente perfecto, hay mucha gente que convierte, incluso en obsesión, la voluntad de ser como ellos.

Todo esto ha sido siempre un negocio. de esto han vivido los publicistas del pasado, viven los del presente y posiblemente viviremos los del futuro.

Pero ante todo esto deberíamos plantearnos  si es ético comercializar y publicitar una serie de productos que giran en torno a un "envidiable" modelo de vida cuando pueden causar estragos en la vida privada de las personas.

Cada vez hay más personas que sufren anorexia y manorexia, enfermedad que en muchos casos se puede producir por querer tener ese cuerpo perfecto que lucen los y las modelos de pasarela o de anuncios publicitarios. Esa enfermedad va en detrimento de la salud física y mental de muchas mujeres y cada vez más hombres que a toda costa hacen todo lo posible para conseguir unas "medidas perfectas".

Tal vez, la sulución a todo esto sea establecer un nuevo modelo de belleza, un modelo en el que mucha más gente se pueda sentir identificada y que por lo tanto no pusieran en peligro su salud física y psicológica para tener un cuerpo "perfecto" como los que aparecen en las pasarelas y en algunos anuncios publicitarios.

Mariano Sáenz de Cenzano, Agustín Maccarini, Jorge Sanz, Diego García Bodas y José Ignacio Cornejo.





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